La muerte es un hecho ineludible que forma parte de la vida y por ende, todos los seres humanos vamos a tener que enfrentarnos a ella en algún momento.
Paradójicamente, hace siglos la muerte se vivía con más naturalidad que ahora y el hecho de no vivirla así, la hace más compleja.
Actualmente vivimos en un momento que intenta alejar el sufrimiento todo lo posible de las personas. Vivimos bajo el lema de “tienes que ser feliz 24/7” y eso hace que temas como la muerte queden totalmente relegados a un, ya no segundo plano, sino a un tercer o incluso cuarto plano. Que la muerte quede relegada a ese lugar, conlleva que el duelo y cualquier manifestación relacionada a esto, también.
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