Los seres humanos somos capaces de definir quienes somos y luego decidir si tiene más o menos valor. Cuando nos juzgamos a nosotros mismos, podemos llegar a hacernos mucho daño.
El origen de la autoestima no solo se encuentra en las circunstancias vitales de cada uno de nosotros, sino también en los pensamientos.
Sin autoestima la vida puede ser tremendamente dolorosa, de hecho, una persona que no tiene autoestima puede dejar de satisfacer muchas de sus necesidades.
Un mal hábito de pensamiento hace que interpretemos la realidad de una manera que no es; Suelen juzgar la realidad antes de evaluarla, además suelen ser inexactos e imprecisos, no tienen en cuenta las circunstancias ni las características particulares de los hechos o la persona, y lo más importante, se basan en procesos emocionales más que en procesos racionales.
Algunos de estos malos hábitos pueden afectar y afectan a nuestra autoestima, a continuación, te explicaré algunos de ellos.
El más típico es la GENERALIZACIÓN EXCESIVA; tal como indica el nombre lo que hacemos es generalizar los sucesos. Tomamos un acontecimiento aislado y extraemos una regla general que casi nunca llegamos a comprobar. Por ejemplo: Empiezo a practicar un deporte, no se me da bien y automáticamente pienso que no se me dan bien los deportes.
También tenemos el FILTRADO. La atención solo la ponemos ante determinadas cuestiones. Es decir, nos centramos únicamente en algunos hechos de la realidad, ignorando el resto. Por ejemplo: Tenemos en cuenta cuantas veces nos han rechazado, pero ignoramos todas aquellas veces que no ha sido así.
La AUTOACUSACIÓN: En este caso nuestro pensamiento siempre nos echa la culpa a nosotros, de todo (aunque no la tengamos). El síntoma más visible es que nos disculpamos constantemente.
La PERSONALIZACIÓN: Nos pensamos que todo lo que pasa tiene que ver con nosotros. Este pensamiento nos puede hacer reaccionar de una forma inadecuada, además de estar continuamente a la defensiva ya que estamos siempre en el centro de la diana.
La LECTURA DE MENTE: Suponemos que los demás piensan o sienten lo mismo que nosotros si estuviéramos en su lugar. Cuando damos por hecho que sabemos lo que están pensando los demás, el por qué han actuado de tal forma o lo que están sintiendo, actuamos en consecuencia, y eso nos puede llevar a cometer grandes errores.
Por último, las FALACIAS DE CONTROL: En este caso existen dos tipos de pensamiento. Por un lado, tenemos el HIPERCONTROL; pensamos que tenemos control sobre todo lo que sucede, de manera que cuando vemos que no es así nos inunda una sensación de fracaso y rabia que destroza nuestra autoestima, y, por otro lado, tenemos el SUBCONTROL: pensamos que no tenemos ningún tipo de control sobre nada, eso nos hace adoptar una posición de indefensión que puede ser tremendamente perjudicial.
Os invito a tomar conciencia de cuales de estos pensamientos usáis, solo así podréis empezar a cambiarlos.
Como decía Oscar Wilde;
Quererse a uno mismo es el principio de un romance para toda la vida.